Investigación

El acceso al agua potable es fundamental para la salud, uno de los derechos humanos básicos y un componente de las políticas eficaces de protección de la salud (Organización Mundial de la Salud, 2018). Uno de los procesos más importantes que alteran las características naturales del agua, es su contaminación con desechos fecales, ya sea de origen humano o animal. Las heces son fuente de agentes patógenos, como bacterias, virus, protozoos y helmintos. La contaminación con heces supone el mayor riesgo en cuanto a salubridad y transmisión de enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería y la poliomielitis. En 2022, había en el mundo al menos 1700 millones de personas que tomaban agua para consumo de fuentes contaminadas con heces.