La reflexión sobre el sentido de la Justicia permite desarrollar los presupuestos que deben marcar los procesos de pacificación de comunidades impactadas por la violencia. Además, surge la necesidad de identificar la entidad del conflicto para adecuar el encuadramiento jurídico-institucional que orienta la ejecución de los acuerdos y consolide el cese de los mismos. Todas estas precisiones definen el parámetro fundamental de una reconciliación entendida como mecanismo de restauración de las relaciones humanas, sustentado en la diversidad y el reconocimiento del otro como ser humano, lo que implica una valoración ética de todo el proceso.